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Joey Jordison: el homenaje que se merece (de nuestra parte)

A mitad de semana recibimos una de esas noticias tan dolorosas que, sumado a lo inesperado de la misma, lo único que logro fue profundizar esa sensación de shock y de tristeza: Joey Jordison había fallecido el lunes 26 de julio de 2021. No se nos especificó la causa de su muerte, más allá que fue de forma pacífica mientras dormía. Quizás una de las formas que uno más desea para los seres queridos, y por que no para uno mismo, y realmente me reconforta saber que Joey lo hizo de esta forma, ya que, con su prolífica carrera, logró convertirse en músico no sólo amado por los fans de sus diferentes aventuras musicales, sino también admirado por sus pares, y no solo bateristas, sino también aquellos que ostentan las cuerdas y micrófonos. Es muy difícil que hayas llegado a este texto y no sepas quién es, pero si es el caso, te lo resumo rápido: fue una de las piedras angulares de SLIPKNOT, ya sea asumiendo el rol de baterista como también en la composición.


El inicio de esta aventura para Joey Jordison arrancó allá en 1991 con la formación de MODIFIDIOUS, una banda de thrash local de Des Moines, Iowa, en el corazón de Estados Unidos, que musicalmente no tuvo más repercusión que alguna que otra tocada en bares, y una apertura para ATOMIC OPERA, más del palo del glam o art rock, pero que redundó en la ida de su compañero guitarrista para esta última, y el destino hizo que se cruzara con un tal Craig Jones para llenar este lugar. Por otra parte, en algún sótano del mismo condado, se gestaba otra banda llamada INVEIGH CATHARSIS, donde tocaban Shawn Crahan, Paul Gray, Josh Brainard y Anders Colsefni, este último en la batería, tampoco con demasiada trascendencia, pero fue fundamental para que se dé un acercamiento de Brainard con Joey, quienes comenzaron a compartir tarima en MODIFIDIOUS, además que Joey logró ser un invitado ocasional para distender un poco e inclusive llegaron a tocar ambas bandas en el sótano de Shawn. El mencionado Paul, por su parte, inició su proyecto alternativo BODY PIT, con un death metal crudo y duro que se hizo conocido en los aledaños de la zona pero que duró muy poco, fue también clave ya que, si bien falló en reclutar a Joey como miembro formal, tuvo en sus filas por un breve período a Mick Thompson como guitarrista hasta su disolución, que se dio de forma casi simultánea con la de MODIFIDIOUS. De aquí, Jordison tocó la guitarra temporalmente en THE REJECTS, y posteriormente en HATE NOTS, hasta 1997.


Pero el espíritu transgresor siempre estuvo presente en estos muchachos, en cada uno de ellos; desde el inicio, como una pasión furibunda que quería materializarse. Es por ello por lo que, luego de varias reformaciones, surge THE PALE ONES en 1995, con estos bellos muchachos, Shawn Crahan en la batería, Anders Colsefni como vocalista, Paul Gray como bajista y Donnie Steele como guitarrista. El proceso natural de experimentación redundó en la integración de​ Joey Jordison como baterista oficial, pasando Crahan a las percusiones, y la adición del ya mencionado Brainard como segunda guitarra. Colsefni se convirtió en el segundo percusionista, aunque mantenía el puesto de vocalista. El 4 de diciembre de 1995 en el bar Crowbar de su amada Des Moines, se dio su debut oficial, pero bajo el nombre MELT. Y más adelante, fue el propio Joey quien propuso la búsqueda de un nombre más atractivo, más poderoso, y optaron por el de una de sus canciones más experimentales, pero más viscerales a la vez: Slipknot.



Ya con este cambio de nombre, se enfocaron de lleno en el material discográfico debut, de forma autogestionada, apelando a su sentimiento más under y más batallador, pero los problemas comenzaron a surgir. Donnie Steele salió de la banda por diferencias personales, pero eso trajo aparejado no una, sino dos incorporaciones fundamentales: Craig Jones en los samples (aunque originalmente entró como guitarrista) y Mick Thompson en guitarra, aunque no saldrían acreditados en lo que se vendría. Esta fue la formación que aparece en la cartilla de Mate.Feed.Kill.Repeat, para algunos el primer demo, para otros el álbum debut; pero eso es cuento para otro día, ya que de esta forma salieron a girar por Estados Unidos. Ese fue el primer trabajo discográfico de SLIPKNOT, no el que conocemos hoy, pero si el inicio de este camino. Para que se dé esto, faltaría por delante un mini tour con la banda STONE SOUR, en la cual conocerían a un tal Corey Taylor, que eventualmente sería reclutado en 1997 como vocalista oficial, en busca de incorporar más melodías; lo cual redundó en el movimiento de Colsefni a percusiones, muy a su disgusto, y su eventual salida de la banda, que no tuvo un reemplazo consistente en este puesto hasta 1998, con el ingreso de Chris Fehn. Previo a esta incorporación, también se sumaría Sid Wilson en la labor de DJ, debido a la gran impresión que había logrado en los miembros.


De esta forma, se materializaba el SLIPKNOT que se hizo famoso, el que conoce la mayoría de la gente, ese que llenó primero bares, luego estadios y cualquier tipo de sede donde tocaron. Sin embargo, gran parte del desarrollo inicial de la banda se atribuyó retrospectivamente a las extensas sesiones de planificación nocturnas que se daban entre Paul Gray, Shawn Crahan y Joey Jordison, en una estación de servicio de Sinclair, que era donde Jordison trabajaba por las noches allá en 1995. A este trío se le atribuye el centro, o más bien, la casa de las ideas de SLIPKNOT, más allá que los 9 miembros siempre aportaron, eran ellos quienes marcaban el ritmo de la banda, ritmo que, más allá de algún que otro inconveniente y parate para que cada uno se enfocara en sus side projects, se mantenía muy estable hasta un devastador golpe en 2010.


El 24 de mayo de este año se dio el fallecimiento de Paul Gray por una sobredosis accidental en el hotel Urbandale, en lo que fue otra noticia totalmente inesperada, similar al deceso de Joey. Al día siguiente se dio algo notable: una conferencia de prensa de los 8 miembros restantes, por primera vez de forma oficial desenmascarados, todos muy taciturnos, a excepción de Corey Taylor que fue la voz por la mayor parte de la rueda de prensa, y que se lo notaba muy emocionado, abrazando a Shawn Crahan. Parecía el final de la banda; el internet se llenó de rumores, pero SLIPKNOT salió a flote para hacer un pequeño tour entre 2011 y 2012, concluyendo cada uno de sus shows con un homenaje a Paul, hecho que, en mi consideración, reavivó la llama para lo que se vendría.



Hacia fines de 2013, nos caía la noticia que SLIPKNOT se encontraba trabajando en nuevo disco, un hijo oscuro de IOWA y VOL. 3 según ellos, lo cual fue una alegría para los fans, pero ello nos traía aparejada una noticia agridulce. Joey Jordison no participaría en este nuevo lanzamiento; en diciembre se anunciaba la salida del baterista de la banda; no se especificaron razones, pero Joey Jordison declaró que no hubo intención de separación por su parte y que su despido fue inesperado. No fue hasta 2016 que se blanqueó un hecho que puede llegar a darle forma a esta salida: Joey clarificó a través de redes que hace años padecía mielitis transversa, que es una condición neurológica que, además de hacer difícil sus últimos años en la banda de Des Moines, generaba inflamación en ambos lados de una sección de la médula espinal, y seguramente esto que le quitó la capacidad de tocar la batería y seguir dando todo en los escenarios.


“Toque en esos últimos shows y estaba muy asustado, no sabía lo que era. Ni siquiera estaba bebiendo, todo estaba bien, pero tenía que ser cargado al escenario. El dolor era algo que nunca había sentido y no se lo desearía ni a mi peor enemigo", comentó el baterista en una entrevista con Metal Hammer.

Cabe aclarar que el “ni siquiera estaba bebiendo” hace referencia al mar de críticas que recibió por videos que aparecieron, donde se lo veía siendo llevado al escenario, que disparo rumores de posibles intoxicaciones por algún tipo de narcótico. Por mi parte, quedó un poco más clara la situación: SLIPKNOT se había convertido en una máquina, en una marca que debía mantenerse trabajando de una forma exigente, acorde a su trayectoria, y como tal, para que funcione de forma ideal, no había lugar para componentes defectuosos. Si bien es una banda que amo y siempre voy a amar, la evidencia que tenemos hoy nos muestra que no se comportaron como “la familia” que es el término que siempre esgrimen, en lo que respecta a Joey: no hubo gratitud, ni respeto en su adiós de la banda. El tiempo dirá si esto es realmente así. Desde entonces, lanzaron dos álbumes más, con la incorporación del talentoso Jay Weinberg, que cabe aclarar, es un enorme fan de Jordison, y que fue LA figura a la cual siempre aspiró a llegar.


Posterior al lanzamiento de Iowa en 2001, Joey Jordison había logrado consolidar una banda de horror punk MURDERDOLLS junto a Joe Nothing, eventualmente conocido como Wednesday 13, un artista no muy conocido hasta su inserción en esta agrupación, y otros miembros de STATIC-X, DOPE y demás. Si bien prosperó luego del Ozzfest 2001, el origen espiritual de esta banda se podría remontar a los ya mencionados THE REJECTS, que musicalmente es muy parecido, pero diferente lírica. Con esta banda realizaron un enorme tour entre 2002 y 2004, para luego retomar las composiciones con SLIPKNOT, y realmente cosechó gran popularidad, inclusive en esa breve reunión de esta banda punk en 2010, que terminó abruptamente por la muerte de Paul Gray. Sin dudas, MURDERDOLLS pudo haber sido un éxito rotundo, más allá que hoy pueda ser una banda “de culto”, pero Joey siempre priorizó SLIPKNOT.


Pero su legado salpicó varias bandas, y bandas de renombre: reemplazó a Lars Ulrich en 2004 en ocho canciones para METALLICA (y temazos como “Whiplash”, “Creeping Death”, “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”); más tarde, ese mismo año, cubrió al baterista de SATYRICON en un acortado e infame tour por Estados Unidos y Canadá; y ocupó el lugar que tanto le gusta en algunas giras de MINISTRY(2006), KORN (2007), y una extensa gira con ROB ZOMBIE (2010-2011).


Luego de aquella ruidosa salida, Joey Jordison se mantuvo con un perfil claramente más bajo, en sus últimos años, pero siempre siguió ligado a la música, ya fuera trabajando como músico de sesión, o colaborando con diferentes artistas: en 2013 formó SCAR THE MARTYR, una banda de metal industrial que era realmente muy buena, pero que no tuvo quizás el recorrido que se merecía, y que se esfumó sin mediar demasiada información en 2016. En este año formó también VIMIC y SINSAEUM, una continuando con el palo del metal industrial y la otra, más oscura, mostrando un blackened death metal interesante, pero tampoco tuvieron mucha trascendencia.


Hoy en The Nameless Magazine, que justamente debe su nombre a una canción de SLIPKNOT, le quería rendir homenaje de esta forma. Justamente, “The Nameless”, el duodécimo tema del tercer disco oficial de la banda de Iowa, es un tema que explora todas las facetas habidas y por haber: una intro y estrofas caóticas, con voces guturales atacando de todos lados, para dar paso a estribillos melódicos, a la par de guitarras electroacústicas. ya que, por más que todos supiéramos. El “sin nombre”, porque a pesar de ser mundialmente reconocido y aclamado, seguirá cargando sobre sus hombros el peso de ser uno de los bateristas más determinantes en la historia del heavy metal. Fue el baterista que hizo mainstream el blast beat, la ferocidad a la hora de tomar los palillos y, junto con dicha banda, popularizó el nu metal, mucho más que lo hizo KORN, junto con todas las derivaciones que quieran nombrar posteriormente.


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